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Este es un blog hecho por una cabezota antitecnología, mitad niña, mitad piña, semiadiestrada (que es lo mísmo que decir cavernicolita asalvajada), por supuesto medio bruja, falta de modales y un deshonor a la inversión de mis papás en mi educación porque tengo una orotografía y redacción del terror.

No me juzgues muy duro ni te sientas personalmente aludido, soy perfeccionista pero no es algo que espero perfeccionar.

Con una sonrisa burlona LA CUCA

viernes, 20 de marzo de 2015

Estoy aquí.


Pensé que había una verdad detrás de un velo invisible que bloqueaba mi vista y el cual no podía siquiera ver. Yo pensé y esperaba que llegara el día en que todo fuera claro y prístino, y lo que vieran entonces mis ojos fuera… fuera diferente de lo que veo ahora, como si entonces pudiera ver colores, sombras, brochazos de luz; casi el sentido de la vida en movimiento frente a mí, puesto y repartido en todos los objetos y personas que me rodean. Estaba dispuesta a empeñar todo lo que tengo ahora, así como todo lo que tuve y tendré, por el medio para obtener la certeza de que al final lo lograría, que al final comprendería y que mi sacrificio tendría sentido: Habría ganado ver y ser parte de La Verdad. Creía que un día entendería La Verdad, que caería el velo y entonces ya no habría para mí más miedo, más incertidumbre, más confusión, ni nada de lo que constantemente me atormenta. Pensé que ganaría con mi esfuerzo aceptarlo todo, comprenderlo todo, aceptar mi destino, mi persona, a los demás, conseguir un estado inalterable, perfecto, final, estado búdico de bienestar, mística santa y completa comprensión.



                Ya no espero más que caiga un velo, ya no creo hay un velo, ya no creo esté separada y dividida lejos de místicos y santos. Ahora hay una preeminencia de lo inmanente; detrás de la señora que pide dinero, no veo el sentido de su pobreza, veo a la señora que pide dinero, detrás del joven que estudia, no veo el sentido de su esfuerzo, sólo veo al joven que estudia, detrás de la muerte no veo el sentido, veo la muerte, y detrás del nacimiento, no veo el sentido, veo el nacimiento. El trascendente existe, sí, cocido a tierra, presente, con facilidad de preguntarle con una sonrisa ¿Y tú cómo estás? y que responda millones de cosas diferentes en millones de bocas de personas y en imágenes de objetos y animales.  Tal vez el velo que debía caer era la creencia del velo, era este pensamiento fantástico en el que gustaba fugarme. Me evadía, ahora mi mundo está hecho moronas y veo las moronas, y me parece que son buenas, pero son moronas también.

Si fue un velo que cayó, se me fue resbalando por los años y ni me di cuenta, quizás era más como una telaraña enredada en mis pestañas y mi mente, ni siquiera muy enredada.

Quiero estar aquí, presente, viendo. Trascendente o inmanente quiero estar aquí, en este momento, porque aquí estoy, no en otros mundos, no en otros estados de conciencia. Estoy aquí, y aquí quiero estar. No sé qué significa estar aquí, ni qué es aquí, quizás mañana las cosas sean distintas y vea distinto, y entienda otras cosas, pero hoy es claro y prístino: estoy aquí. No es esto un sueño del que debo despertar, no es esto un laberinto del que debo escaparme, no es esto una mentira que esconde una verdad profunda… Estoy aquí, eso hay, aquí parece ser que me gusta mucho, estoy aquí, aquí quiero estar.


    




Estoy contenta, estoy triste, y estoy ahorita respirando y disfrutando del fresco día lluvioso. ¿Cómo estás? Estoy contenta, estoy triste, y ahorita respirando y disfrutando del fresco día lluvioso.

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